El Síndrome de Fatiga Crónica (SFC)

¿Qué es?

El Síndrome de Fatiga Crónica (SFC) es un cuadro clínico complejo y crónico donde  predomina una fatiga profunda e insuperable que no disminuye con reposo. Puede empeorar con la actividad física y mental, disminuye las actividades de forma considerable y es de nueva aparición. Se acompaña de otros síntomas que la convierten en una enfermedad MULTI-SISTÉMICA Y DISCAPACITANTE y entre sus causas destacan los agentes infecciosos, especialmente los virus, que desencadenan trastornos inmunológicos, neurológicos, neuromusculares y neuroendocrinos.

¿Cuáles pueden ser los síntomas?

• Fatiga extrema • Dolor generalitzado
• Febrícula persistente o hipotermia • Alteraciones del sueño
• Depresión y ansiedad • Pérdida  de memoria y concentración
• Colon irritable /Estreñimiento • Acalculia
• Inestabilidad motora • Parestesias
• Faringitis • Cefalea (dolor de cabeza)
• Alergias • Otros…

¿Cómo se obtiene un diagnóstico?

Según define el Centro de Control y prevención de enfermedades de Atlanta (CDC), estaríamos delante de un caso de SFC cuando:

· La fatiga dura más de seis meses consecutivos, no es consecuencia del ejercicio físico y no se alivia con el reposo.

· El malestar después del ejercicio dura más de 24 horas.

· Se han excluido enfermedades preexistentes o de sintomatología similar, en base a los resultados de los análisis, examen del estado físico y mental y revisión de la historia clínica.

· Coinciden cuatro o más síntomas, aparte de la fatiga, de manera persistente o con recaídas durante más de 6 meses consecutivos.

¿A quién afecta?

Según los estudios, se estima que la padece entre el 0,3 y el 0,5 % de la población. Afecta, esencialmente, a adultos jóvenes y predomina en el sexo femenino. En todo caso, es una enfermedad de detección cada vez más frecuente.

¿Es contagiosa?

Su origen es desconocido. No hay ninguna evidencia que la SFC se pueda contagiar, aunque no está descartado. Según la Cruz Roja Americana, los afectados de SFC no deben ser donantes de sangre ni órganos.

¿Se puede curar?

No existe actualmente un tratamiento etiológico o curativo. No obstante, se pueden mejorar muchos de sus síntomas. Hace falta aprender a conocer los factores que mejoran y empeoran el estado general de cada paciente. Hay que evitar factores agravantes y es importante adaptarse al curso de la enfermedad.

Tratamiento

El abordaje terapéutico es complejo y obliga a la combinación de diferentes modalidades terapéuticas. Requiere el control de equipos especializados. El objetivo es, actualmente, el alivio de los síntomas y la adaptación del enfermo. El médico, junto con el paciente, tiene que desarrollar un programa adaptado individualmente que le proporcione la máxima percepción de mejoría.

¿Es una enfermedad invalidante?

No todos los afectados de SFC presentan todos los síntomas posibles, pueden manifestarse algunos de nuevos, desaparecer algunos anteriores y ser fluctuantes tanto en el tiempo como en la intensidad. La severidad de la sintomatología varía de un paciente a otro. La evolución es hacia la cronicidad. El curso del SFC es imprevisible y se alternan períodos de relativa remisión con “brotes” o “crisis”. Comporta llegar a diferentes grados de incapacidad. En algunos casos, llega a ser realmente invalidante.

Dr. Ferran García
Reumatólogo
Director del Instituto Ferran de Reumatología
www.institutferran.org

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