Propiedades de la azufaifa

La azufaifa es el fruto del azufaifo (Ziziphus jujuba Mill.), un pequeño árbol de hoja caduca que puede alcanzar los 10 metros de altura. Muy ramificado, sus ramas están generalmente provistas de espinas. Las hojas son ligeramente dentadas, de un verde especialmente brillante, y sus discretas flores, de unos 5 milímetros de diámetro, tienen 5 pétalos de color amarillo-verdoso.
El fruto, de entre 1,5 y 3 centímetros, tiene forma ovalada, y el color, la consistencia y el sabor similares a una manzana cuando es verde, cuando madura, su piel se arruga y se vuelve de color rojo oscuro. Su semilla es un hueso similar al de la aceituna.
El azufaifo fue domesticado en el sur de Asia hace más de 4000 años por su fruto comestible, y se han descrito unas 400 especies diferentes. El árbol tolera un amplio margen de temperaturas y precipitaciones, y puede encontrarse desde el norte de la India hasta los desiertos de Túnez. En Israel, especialmente en el Valle de Arava, es el segundo árbol más común, y allí se pueden encontrar ejemplares de hasta 300 años de edad.
En el Canto IX de La Odisea, Homero relata cómo tres compañeros de Ulises fueron probando el fruto del loto (una especie de azufaifo), que era tan delicioso que hacía que los extranjeros olvidaran su patria, y que Ulises se vio obligado a sacarlos a la fuerza para poder proseguir su viaje. Plinio escribe que el azufaifo fue introducido en Roma desde Siria en tiempos del emperador Augusto, y que luego se extendió por Europa.
En algunas regiones del Himalaya, los hombres jóvenes se ponen un ramillete de flores perfumadas del azufaifo para atraer a las mujeres. En China, se disponen azufaifas y nueces en el dormitorio de los recién casados como muestra de fertilidad. En Bután, las hojas de azufaifo forman parte de un popurrí que se utiliza para perfumar y limpiar el aire de las casas, así como para ahuyentar las chinches y otros insectos.
En la medicina tradicional se utiliza casi la totalidad de la planta. Desde las raíces hasta el fruto, el azufaifo almacena múltiples e, incluso, opuestas propiedades en cada una de sus partes. En todas ellas se puede encontrar ácido betulínico, un triterpenoide natural pentacíclico que ha demostrado citotoxicidad selectiva contra varios tipos de tumores específicos. Se ha estudiado su potencial para matar selectivamente las células del melanoma humano1 2, dejando vivas las células sanas.
Su fruto, el azufaifo, es muy rico en vitamina C, B1 y B2. Comparado con otros frutos comestibles, un azufaifo al día aporta las cantidades diarias recomendadas de vitamina C y del complejo B3. Se ha utilizado durante miles de años en la medicina tradicional china (conocido como Da Zao), donde se le atribuyen, entre otros, propiedades sedativas, antiinflamatorias, antiulcerosa, antifúngicas, antibacterianas y inmunoestimulantes. Se utiliza para las afecciones pulmonares y la fiebre, y para la indigestión y las crisis hepáticas. Cuando madura, tiene propiedades laxantes suaves. Hoy en día, algunos estudios clínicos apuntan a que sus propiedades antioxidantes4 pueden ser de ayuda en la prevención del deterioro de la memoria5. Otros estudios han constatado su potencialidad para el tratamiento, entre otros, de la obesidad6, del estreñimiento crónico7, y en la mejora del estrés oxidativo y el deterioro cognitivo en los ataques epilépticos8.
La semilla del azufaifo se ha utilizado tradicionalmente para el tratamiento del insomnio y la ansiedad, propiedades que han quedado constatadas en estudios recientes9. Por otra parte, se ha comprobado que el aceite esencial de la semilla favorece el crecimiento del cabello10.
Las hojas se han utilizado como antidiarreico, hipoglucemiante suave y para tratar el asma y la fiebre. Una pasta hecha con hojas secas y corteza pulverizada se aplica en forma de cataplasma para favorecer la cicatrización de las llagas.
La decocción de la corteza de las ramas jóvenes es amarga y astringente y se utiliza para tratar la diarrea y aliviar la gingivitis.
La raíz es purgante. En forma de decocción, se da como febrífugo, tenicida y emenagogo. El jugo fresco de la corteza de la raíz se recomienda para tratar la gota y el reumatismo.
Una infusión de sus flores se aplica en forma de loción para mejorar la congestión ocular.
Si a todo esto añadimos que con la madera del azufaifo se fabrican instrumentos musicales de viento, como la tenora, la dulzaina o la chirimía, podemos constatar las innumerables aplicaciones de esta planta que todavía tiene un gran potencial por descubrir.

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